El cliente español prefiere el contacto personal a la utilización de Internet a la hora de adquirir un fondo de inversión, una tendencia que se incrementa a media que aumenta la edad del partícipe y disminuye el tamaño de la localidad de residencia. Además, la gran mayoría de inversores no están dispuestos a realizar un pago explícito por la contratación de un Fondo de Inversión.